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La historia de la Piedra más famoso del mundo

Fuente el Expreso 5 de Julio de 1987

El enigma del dolar y su poder

 

Corría el año del Señor de 1606. En Inglaterra bullía el anhelo de alcanzar, en medio de un impetuoso puritanismo que venía desde Israel, una certeza absoluta respecto de las verdades religiosas. Fue entonces cuando Jacobo I (un Estuardo) convocó a 47 eruditos mayormente teólogos versados en las lenguas antiguas, algunos Arque´logos, Abogados y gente afín, para realizar la “traducción autorizada de la Biblia”
Los versados en las lenguas antiguas junto con los arqueólogos fueron enviados a la tierra santa, Egipto, Mesopotamia, incluso Etiopía en busca de datos o documentos que corroborasen el relato bíblico en general.

Las pesquisas duraron un poco más de 2 años. A su retorno los investigadores traín una abigarrada como caudaloso información; habían sido consulados Armenios, Cóptos, Griegos y todos cuantos podían aportar datos corroborantes del relato bíblico. En general, todos estaban de acuerdo en el sentido del relato bíblico, excepto en 3 puntos.

1.- La personalidad de Dios. La palabra Elohims indicaría sin lugar a dudas ser plural: “Los dioses” o “Los Ángeles” o “Los Celestes”; todo parecía indicar que el autor del Génesis personalizó en el singular Yaveh a los personas creadores cuyos variados nombres encontraron impresos en innumerables estelas de piedras y arcilla en Israel, Egipto y Mesopotamia.

2.- EN un monasterio coptp, en Etiopía, encontraron una versión del “Libro de Enoc”, que por parecerles a los investigadores completamente absurdo no lo tomaron y porque solo se trabaja seún ellos, de instrucciones de tipo  moral, industrial referente al tratamiento de los metales, y también instrucciones de tipo agrícola, añadiéndose a esto, increíbles relatos de Enoc de vuelos en el espacio celestial a bordo de curiosos y extraños navíos en compañía de los llamados “dioses”  

3.- Los investigadores de Egipto, no tenían mucho que añadir a los otros informantes, excepto una versión extraña obtenida de las traducciones de una enorme estela de piedra que reposaba en un monasterio de Copto. A los ingleses les interesó la leyenda por puro patriotismo, pues de pasar de leyenda a verdad bien podría cambiar el curso de la Historia de Inglaterra.

El relato de la estela de piedra decía lo siguiente: “Nosotros los últimos de los dioses dejamos nuestras 3 señales portadoras del ojo de luz. La primera será dejada en esta tierra de Egipto. Dos serán enviadas a las tierras de Ester, a Gar la tierra de migración donde habita la estirpe de los Sris. La una señal será dejada allí y la otra será transportada el Oeste más allá del gran mar, a la montaña de los dioses, donde mana el agua sagrada de vida y crece el árbol del pan.

Esas señales serán para protección y prosperidad del mundo, el reino que la posea será prosperado y será el dispensador de la paz, la bondad y el amor. El reino que la posea trabajará incansablemente por suprimir las guerras y el dolor de los hombres; de no hacerlo así los otros reinos se levantarán y lo destruirán. Pues sépase que este es el orden eterno señalado a los mundos por mandato del gran Dios que gobierna a las estrellas desde las estrellas”

Junto al anterior relato circulaba una vieja tradición: en la tierra Tel-El-Amarna, en el centro de los dos Egiptos, allí existía un templo muy pero muy anterior a las pirámides donde se rendía culto a una pequeña pirámide que las gentes de todo el mundo de aquel entonces llamaba “Ben Ben”. Cuando los investigadores ingleses se trasladaron al sitio de la ciudad, solo quedaban muros y del templo ni una señal y en cuanto a la pequeña pirámide, la piedra Ben Ben nadie sabía nada.

 

El rey Jacobo I resolvió estos 3 problemas del modo siguiente:
En el primero decidió que la palabra Elohima se refería a la trinidad, y de allí su aparente pluralidad, pues solo los paganos tienen o tenían “dioses” mas “Nosotros los cristianos aceptamos el credo de Nicea “Un solo Dios verdadero en tres personas distintas”

En el segundo punto decidió que toda leyenda que no se encontrase en el canon de las escrituras judías del Antiguo Testamento no debería ser tomado en cuenta. Por lo que el libro de Enoc fue echado al olvido. En el tercer punto, su majestad se expresó en el sentido que sin necesidad de ninguna “señal”, la Inglaterra siempre ha prosperado y vencido y la creciente properidad Industrial hará de Inglaterra muy pronto la Reina de los mares y dominará el mundo y llevar su civilización unificadora a todas las partes.

Aunque si se pudiera obtener una de esas “señales” que de paso no se sabe qué son ni cómo son, no estaría en desacuerdo de conservarla y gozar de la protección y prosperidad que prometen.
En el año del Señor 1611 fue publicada la “Versión autorizada de la Biblia” del Rey Jacobo I, y toda investigación y todos datos recopilados por los 47 eruditos fueron incinerados.

 

II
No hay certeza absoluta sobre los orígenes de la Masonería. Unos sostienen que fue fundada por Salomón el sabio e Hirim rey de Tito. Otros dicen tener su origen en los faraones de Egipto. En todo caso parece ser que la Masonería fue depositaria de algún mensaje o doctrina de tipo universalista, algo místico religioso con ribetes filosóficos.

En el grupo de los 47 eruditos mencionados en el capítulo anterior se encontraban algunos “Maestros” tento del rito de York como del rito Escosés, tojos y azules, según su propia terminología. La noticia de la existencia de los tres objetos misteriosos causó enorme impacto entre ellos y si el rey no le había concedido importancia, para ellos sin embargo, el asunto era de vital interés, desde los más remotos tiempos se creía que existían ciertas “Fuentes de poder” ciertas ayudas o guías para la especie humana dejados por alguien o alguna civilización  en la noche de los tiempos.


Se decía que en desierto de Gobi existió un depósito de documentos de piedra, portadores de un mensaje. El Tibet es y lo es hasta hoy día un supuesto o real depósito de este tipo de documentos; y por supuesto para que las pirámides de Egipto, el lugar por antonomasia de ribetes de más antiguo esoterismo; las “iniciaciones” se habrían realizado allí.
Abraham, Moisés, Jesús, habrían sido “iniciados” en el interior de la pirámide de Keops. Una abundantísma literatura acumulada por siglos dan cuenta de la existencia de ciertos objetos. Hemres Trismegisto, al Santo Grial, etc., objetos buscados afanosamente por las gentes que ambicionan poder. Los indicios de la posible existencia de una “fuente de poder” unió monolíticamente, “Hermandad Mazónica” de aquellos días y se inició la búsqueda más dramática de la historia oculta de los poderes terrenos. Por otro lado para la imaginación mitológica de los ingleses, siempre girndo alrededor de la espalda “Excalibur” de Arturo Pendragón; las ruinas hablantes de celtas y druidas, encontró una meta gloriosa en la posibilidad de encontrar los “signos de los dioses”. Pronto se formaron grupos de búsqueda qie trasladaban la información “de maestro a maestro, genereación tras generación”.

Luego vinieron los tiempos en las las potencias comerciales Europeas pugnaban ferozmente por extender su influencia a otros continentes; Egipto y la India  fueron los objetivos primordiales. Egipto ya estaba bajo total influencia Arabe fue objetivo del dominio turco y luego del inglés.


Los científicos árabes tan versados en alquimia ayudaron mucho a los grupos ingleses en la búsqueda de los “Signos de los dioses”. Las zonas aqueológicas de Egipto fueron literalmente escarmentadas sin resultados positivos.

Los ingleses desistieron de la búsqueda, pero solo en Egipto. La traducción de la estela de piedra decía que “En Gar la ciudad de los Sris (maestros o sabios) al este, deberían encontrarse 2 de los signos o por lo menos uno, ya que el otro debía haberse llevado a la “Montaña de los dioses” a occidente “Al otro lado del gran mar”. Decidreron que la ciudad de Gar no podría ser otra que Srinagar “Ciudad de los señores matesros o sabios”, en la India justo al Este de las pirámides de Egipto.

Pero la India estan en poder de los franceses, y aunque la Compañia Británica de las Indias Orientales se había establecido desde antes de 1600, y ya en el año de 1751, esta compañia estaba a punto de extinguirse sobre todo por las conquistas de Carnatic y el Decán realizada por José Duplecís.

 

Cuando al parecer todo estaba perdido para los inglesias, Robert Clive es una audaz y afortunado asalto de Arcont en 1757 y luego su final victoria en Plassy debilitaron y luego extinguieron la presencia francesa en la India.

Entonces la búsqueda del o de los “signos de los dioses” se concentró en Srinagar, bibliotecas, monasterios, templos en fin todo lugar donde podrían ser encontrados “los signos” fue examinado. Todo parecía indicar que la búsqueda en la India como en Eqgipto, terminaría en un rotundo fracaso. Pero al fin como en las novelas de misterio, el desenlace fue inesperado como feliz: En un viejo templo casi en ruinas, el Prior explicó a los buscadores y les dijo que: “Cuando era niños recuerdo haber visto una pequeña pirámide de piedra de color negro con un ojo en la parte superior”, explicó además que los sacerdotes sacaban la piedra cuando el cielo lanzaba relámpagos con cuya luz el ojo se iluminaba. Todo fue revuelto hasta que al fin junto a indescriptibles cachivaches se encontraba una piedra: Era una pirámide de una solo lado realmente un triángulo de no más de 20 centímetros de altura, tenía un ojo de piedra de colores cerca del vértice superior. Era el 4 de Julio de 1763.

 

El hallazgo de la pequeña pirámide causó enorme conmoción en los císulos masónicos mundiales. Los franceses fueron los más afectados, lamentaban muy hondamente la pérdida de la “piedra”, por cuanto una vez que se supo de su posible existencia, también la buscaban; es más sabían que “Los signos de los dioses” eran 3 y solo había sido uno encontrado en la India, pues la pirámide que debía encontrarse en Egipto no había sido hallada pese la intensa búsqueda, por lo cual las investigaciones en Egipto continuaron por parte de los Masones franceses y de otras nacionalidades, entra las que pueden citarse a alemanes y especialmente rusos.

Cuando Napoleón derrotó a los mamelucos en la célebre batalla de Las Pirámides en 1798, se ordeó una exhaustiva búsqueda del “Símbolo”. Numerosa cantidad de arqueólogos, geógrafos, matemáticos, etc., emprendieron la búsqueda de todo cuando signo diera o mantuviera el poder Francés. Todo fue infructuoso, lo único de valor encontrado fue la piedra de Rosetta, que según la versión oficial fue hallada en el Delta del Nilo por soldados al cavar una trinchera, mas la versiónoculta dice que la encontraron en una excavación al pie de la esfinge y que la versión oificial lanzada al público tenía por onjeto alejar a la competencia del lugar exacto del hallazgo, cosa que realmente lo consiguieron.

La segunda pirámide no ha sido hallada hasta el día de hoy y lo curioso es que está siendo afanosamete buscada por rusos y japoneses.

 

III

La pirámide encontrada en la India llegó a Londres poco después de su hallazgo. En una “tenida especial” fue recibida con júbilo y extraña curiosidad. Representantes de grados filosóficos superiores de todos los “Orientes” asistieron a la magna reunión. Luego de las ceremonias de rigor y hablar del futuro del Imperio Británico, e incluso de la humanidad, de los poderes que generaría “El signo de los dioses” fue guardad en el lugar sagrado del templo de la gran logia de Londres.

Su nombre Edmundo Burke, un irlandés fogoso, amante fervoroso de las colonias de América, fue el gran maestro a cuyo cuidado quedó la pirámide. Llevaba observando arrobado “EL signo de los dioses” por largos 10 años en espera de una señal; donde quiera que fuere, debía haber una señal que indicase el poder liberado por la “Piedra”, pero nada.

Las Colonias de América estaban inquietas y se aprestaban a la guerra de la Independencia, Francia y España se aprestaban a ayudar al movimiento libertador aunque no precisamente por su amor a la libertad sino más bien por vengarse de su enemiga secular Inglaterra.
Corría el año 1775 en el Parlamento Inglés se discutía hasta el cansancio la actitud que se tomará frente a la ya notoria rebelión de las colonias norteamericanas.

 

En medio de ese abigarrado grupo de voces, ideas e intereses, se levantó una fuerte y sonora voz que decía: “Las colonias en general, deben poco o nada a nuestros cuidados y más bien hemos tratado siempre de explotarlas y extorsionarles. Mas por una feliz y saludables negligencia, la generosa naturaleza las ha permitido hallar su propio camino hacia la perfección. El discurso fue largo y abogaba vigorosamente, porque la Corona concediese la independencia a América sin lucha. Esa voz fue acallada por un horrendo griterío. Fue tildado de traidor el Imperio y la Corona, algunos pedían la horca para Edmundo Burke, pues, el guardián de los “Signos de los dioses” fue quien alzó la como como queda expresado.

Viendo su vida en peligro, Edmundo Burke, gran maestro masón, grado 33, tomó “El signo de los dioses” y partió a los Estados Unidos. EN Filadelfia se presentó al COngreso de los representantes de las Colonias y luego de una encendida exposición sobre el valor espiritual del “Símbolo”, y uniendo la acción a sus palabras puso la “piedra” en manos de los representantes del Pensilvania Benjamín Franklin por ser el miembro de mayor edad (70 años).


Luego se decidió por unanimidad en convertirla en parte del símbolo de la nación que pronto nacería y así fue que se declaró parte del gran sello de los Estado Unidos. Acto seguido se resolvió emitir la unidad monetaria nacional que universalizaría el “Signo de los Dioses”, y así fue como en 22 de junio de 1776 el dollar fue declarado la moneda de los Estados Unidos.
El 4 de Julio de 1776, 13 años después de haberse encontrado en la India el “Signo” 13 días después de haber sido adoptado como parte del gran sello de los Estados Unidos de Norteamérica, se declaró la Independencia de la nación más poderosa de la tierra.

Posteriormente el llamado Congreso Continental adoptó por ley al sello en 20 de junio de 1782 y si como esto fuera poco el denominado Congreso reconstituido lo aprobó nuevamente el 15 de septiembre de 1789.
La moneda mágica portadora de la imagen del “Signo de los Dioses” quedó lista para la conquista del mundo.

 

 

 

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